Yo ya nací independiente
soy hija de la post-guerra;
si tenía qué comer
aún se lo debo a la tierra.
Crecí libre entre las ruinas
de un monasterio quemado;
entre piedras y ceniza
leí a Lorca y a Machado.
Pero fue Miguel Hernández
quien me dio a conocer Troya;
porque leí muy despacio…
sus Nanas de la Cebolla.
Mi situación de lectura
me hizo depender del verso;
y mi estado libertino
molestaba al universo.
Así crecí en mi carácter
de dependencia total;
hice de «mi capa un sayo»
y me fui a la capital…
Soñadora, emancipada
trabajadora y consciente;
basé todo en el Amor
y aprendí a ser… sonriente.
Recorrí algunos lugares
lejanos, y el mundo entero;
me pareció soberano
para saber lo que quiero.
Que yo soy de todas partes
y a mi me gusta la gente;
el tiempo corre que vuela
seas o no, independiente.
Vete a vivir a una isla
si te gustan las fronteras;
que si no quieres a nadie
es mejor que te perdieras…
Y olvidado entre las aguas
que te cerque la corriente;
que siendo de todas partes
serás más… independiente.
©Julie Sopetrán
Un romance muy acorde con la situación actual… si la patria es una sola, fronteras están de más.
Un abrazo, estimada Julie.
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Gracias, Rafael. Agradezco mucho tu visita y lectura. Un fuerte abrazo.
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